1. Haz un desayuno frugal
Es posible que alguna vez hayas cometido este error, y es el de no desayunar el día después de una cena opípara y excesiva o la mañana previa a una gran comida. Es posible que hasta te hayas levantado más tarde y hayas pensado, con todo lo que cené anoche, no es necesario desayunar. Como te he dicho antes, es un error, ya que cuando permaneces demasiadas horas sin comer, no vas a compensar en absoluto los excesos que hayas cometido, y lo único que vas a conseguir es privar a tu cuerpo durante unas horas de nutrientes que necesita, incluso lo que puedes conseguir es que tengas picos de azúcar o dolor de cabeza por estar demasiado tiempo sin ingerir alimentos.
El desayuno en estas semanas debería ser más frugal y suave, pero no dejes, bajo ningún concepto, de omitirlo o saltártelo. No sólo te va a ser de utilidad para reponer fuerzas, sino que cuando llegue la hora de comer, lo harás con un apetito normal y con menos ansiedad. En caso contrario, corres el peligro de pegarte otro atracón que no le va a sentar nada bien a tu organismo.
Puedes optar por una fruta o un batido depurativo, y añadirle algo de queso fresco bajo en calorías o alguna semilla para que no te falte ningún nutriente esencial.
2. Introduce alimentos depurativos en el menú
En estos días en que es difícil no cometer excesos, te interesa introducir en tu dieta alimentos que te ayuden a depurar el organismo, y en concreto, dos órganos que van a tener que trabajar mucho durante estos días, como son el hígado y los riñones.
Los alimentos que tonifican el hígado son los vegetales de ligero sabor amargo, como la escarola, las endibias, la alcachofa, el cardo o la berenjena, mientras que las verduras y las frutas, como apio, espárragos, borraja, manzana o pera, activan la acción depurativa del riñón.
Procura incorporar alguno de estos alimentos en tu menú navideño, para estimular y ayudar a tus órganos depurativos, y así facilitarles la función y aliviar las molestias que pueden aparecer cuando se comenten excesos, como pesadez de estómago, sensación de hinchazón, flatulencia o dolor de cabeza.
3. Evita beber mucho durante las comidas
Con esto no englobamos sólo las bebidas alcohólicas, sino todas las bebidas que suelen acompañar a estas celebraciones, especialmente los refrescos llenos de gas y calorías innecesarias para tu organismo.
Ten en cuenta además que la digestión se realiza en tu organismo a una temperatura de unos 37ºC. Cuando consumes bebidas que están muy frías, tu organismo se ve obligado a contrarrestar esta diferencia de temperaturas. Lo que produce esto es una alteración en la circulación de la sangre, que lo que único que va a conseguir es retrasar tu digestión y además, puede irritar la mucosa del estómago.
Por otra parte, el hecho de beber grandes cantidades de líquido durante las comidas puede diluir las enzimas y los ácidos responsables de la digestión, lo que perjudica la función digestiva interrumpiendo el proceso de digestión y haciéndola más lenta.
4. Mastica bien los alimentos
El primer paso para hacer una buena digestión comienza en la boca al masticar los alimentos que ingieres. Si masticas de forma inadecuada vas a conseguir dos cosas. En primer lugar, los alimentos van a llegar menos triturados a tu estómago, dificultando su labor, por lo que la digestión se ralentizará pudiendo en algunas ocasiones a no terminar de realizarse.
En segundo lugar, cuando no masticas bien los alimentos, estarás comiendo muy deprisa, por lo que la sensación de saciedad llegará más tarde a tu cerebro y comerás más de la cuenta. Ten en cuenta que si dedicas más tiempo a masticar, comerás menos cantidad ya que no tendrás la necesidad de acabar con todo lo que hay en la mesa.
5. Procura tomar postres y cafés sin azúcar
Estas fechas son muy dadas a los dulces, por lo que si sumas a las calorías de una comilona las que conllevas postres demasiado contundentes, tienes el camino asegurado para sufrir alguna indigestión.
Después de una gran comida o cena, intenta reducir el consumo de dulces al final y opta por alguna fruta natural que sea depurativa, como la piña por ejemplo. Intenta prescindir del azúcar que pones en el café o en la infusión que vayas a tomar después de comer.
Lo ideal sería acostumbrar a tu paladar a los sabores naturales de los alimentos, incluido el ligero amargor del café y del té, pero si no estás acostumbrado, intenta añadir menos azúcar de lo habitual o recurre a edulcorantes.
6. Levántate y anda
Es muy probable que en estas fechas el tiempo no acompañe, pero intenta caminar una hora al día, como mínimo, con dos objetivos prinicpalmente. En primer lugar para mejorar tu digestión y para favorecer el tránsito intestinal, y en segundo lugar para que las calo´rias que se toman de más durante estas fechas no se acumulen en tu organismo.
Si no dispones de una hora al día para realizar esta actividad, puedes repartir la caminata en dos paseos de media hora, eligiendo un rato por la mañana y toro por la tarde, para que te resulte más sencillo.
7. Bebe líquidos entre horas en abundancia
Y es que aunque antes hemos hablado de no beber demasiado líquido durante las comidas, no puedes olvidar que tu cuerpo necesita líquido, pero es mejor, sobre todo en estas fechas, beberlo fuera de las comidas.
Opta sobre todo por el agua, y si puedes, por alguna infusión depurativa como puede ser la de cardo mariano o la de diente de león, ya que gracias a sus propiedades depurativas, te ayudarán a eliminar las toxinas presentes en la sangre que pueden producirse como consecuencia de los excesos cometidos.
¿Quieres contarme tu consejo?
Confieso que no es fácil sentarse alrededor de una mesa repleta de cosas muy apetecibles y no comer o al menos probar todo lo que pueda haber en ella, pero con estos pequeños consejos que te he contado en este artículo igual puedes evitarte algún que otro mal rato al hacer la digestión.
Pero seguro que tú también tienes alguna recomendación que hacer en estos casos para no tener una mala digestión. Por eso, te pregunto, ¿quieres añadir algún pequeño consejo que nos sirva para estos días?. ¡Espero tus comentarios!
