El corazón lo nota
Cuando tienes algo de azúcar en la sangre, y no haces nada por remediarlo, se va volviendo cada vez más difícil la circulación sanguínea, deteriorándose y favoreciendo poco a poco la formación de arterioesclerosis, con el consiguiente peligro de sufrir un evento cardiovascular.
Afecta a las retinas de los ojos
La falta de riego sanguíneo va deteriorando los pequeños vasos sanguíneos de la retina del ojo y eso puede dañarla, provocando problemas de visión importantes.
Los oídos también sufren
Si la arteria responsable de la buena irrigación de la zona del oído es la que se ve afectada, la capacidad auditiva puede disminuir. Para que te hagas una idea de la seriedad del problema, una persona que padezca diabetes al menos de 10 años, puede ver aumentado el riesgo de pérdida auditiva hasta en un 40%.
Los riñones pueden ser los más perjudicados
Si el azúcar está alto, los vasos sanguíneos que llegan al riñón se obstruyen y no llega suficiente sangre a ellos, y como son unos órganos sin capacidad de regeneración se van deteriorando.
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Estos son algunos ejemplos en los que el exceso de glucosa en la sangre actúa como un tóxico, con efectos comparables a los que puede producir otras enfermedades como puede ser el colesterol.
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