1. Busca la luz solar durante el día
La luz del sol estimula la producción de serotonina, que juega un importante papel para que te sientas bien.
Con esto no me refiero a que tomes al sol como los lagartos todos los días, sino a que busques hacer actividades al aire libre, sobre todo, aprovechando los rayos de sol.
Si puedes realizar algún deporte o algo de ejercicio, aunque sea caminar, a la luz del sol, será muy beneficioso para ti.
2. Prepárate para dormir bien
Por la tarde, cuando empieza a oscurecer, tu cerebro fabrica otra hormona, la melatonina, que te prepara para el sueño.
Alguno de tus hábitos durante el día y la tarde afectan a tus niveles de melatonina, que juega un papel importante en la calidad de tu sueño.
Para ello, procura buscar una buena predisposición al sueño, bajando la intensidad de la actividad diaria, bajando el termostato de la calefacción antes de irte a dormir en invierno y buscando el mayor nivel de oscuridad posible para que tu cerebro desconecte.
3. Toma comidas saludables
La forma en que alimentas tu cuerpo y tu mente marca una gran diferencia para sentirte fuerte o débil, lleno de energía o cansado.
Para ello, céntrate en comidas completas, cuantos más colores tengas en el plato, mejor.
Esto significa que debes incluir vegetales frescos, frutas, legumbres y cereales de grano entero en lugar de refinados o comidas precocinadas.
Incluye las crucíferas en tu dieta, como el brócoli, coliflor, repollo y col, ya que contienen sustancias que fortalecen tu sistema inmunitario y ayudan a depurar tu organismo.
Evita en la medida de lo posible bebidas azucaradas y la bollería industrial, ya que lo único que te producen es una subida brusca de azúcar que no le conviene a tu organismo.
4. Céntrate en tu momento presente
Si aprendes a ser más consciente de tu momento presente, y no dejas que se amontonen las cosas en tu mente, evitarás la nostalgia del pasado y la ansiedad que te pueda producir el futuro.
Para ello, concéntrate en lo que tienes alrededor y en tu respiración durante, al menos, unos minutos al día, y aleja los pensamientos negativos de tu mente cuando irrumpan, antes que prestarles atención y regodearte en ellos.
5. Intenta ser positivo
El mismo acontecimiento le puede ocurrir a dos personas, pudiendo generar reacciones muy distintas en cada una de ellas.
Por eso, trata de ver el lado positivo de las cosas y de la gente que está alrededor de ti. Eso te ayudará a librarte de la ansiedad y la depresión.
6. Rodéate de gente
Tener un buen apoyo de tu familia, amigos, compañeros de trabajo y otra gente que se preocupa de ti, te ayudarán a mantenerte sano, sentirte menos estresado e incluso vivir una vida más larga.
Dedica tiempo a tejer tus relaciones sociales para mantener fuertes tus lazos con tus seres queridos.
¿Cuál es tu consejo?
Seguro que ya tenías presentes algunas de estas cosas, pero no está de más recordarlas de vez en cuando.
Y también es probable que apliques otros consejos que no he recogido aquí. ¿Me los cuentas?