¿Se puede compaginar la vida familiar y laboral sin morir en el intento?
Lograr un equilibrio entre la vida personal y laboral, sobre todo si tienes una familia donde los niños son aún pequeños y necesitan que se les atienda en muchas cosas, puede ser complicado y a veces un foco de estrés para los padres. Se requiere ser muy cuidadoso y ordenado para lograr compaginar bien la vida laboral, la familiar y la personal, para que ninguna de estas parcelas se sienta deteriorada o abandonada en algunas ocasiones.
Es posible que cada uno tenga su propia fórmula, y más posible aún que lo que le funciona a uno mismo no tiene que ser la solución para el resto de las personas que puedan encontrarse en la misma o en una situación parecida, dado que las circunstancias de cada uno son particulares y distintas. A veces, las interminables jornadas laborales y las preocupaciones hacen complicado tener tiempo para uno mismo o para su familia, al igual que también es muy posible que haya algunas temporadas en las que esta cuestión parezca misión imposible.
Para no desesperar, y hacer esta tarea algo más fácil, hoy te traigo 10 consejos para intentar lograr este objetivo y hacer un poco menos complicado lograr este equilibrio que queremos encontrar muchos.
10 consejos para intentar conciliar tu vida personal y familiar
Aunque no son fórmulas definitivas y cada uno tiene sus propias circunstancias, seguro que alguno de estos consejos lo puedes aplicar a tu propia situación particular para lograr un mejor equilibrio en estas parcelas de tu vida. ¡Toma nota y verás como te puedes aplicar alguno de estos consejos!
1. Organiza y planifica los horarios
Hay que ser realista, si trabajas fuera de casa y quieres compaginar tu vida laboral con la familiar, tienes que ser capaz de trazar horarios compatibles. Si tu hora de salida de la oficina está determinada y no es flexible, es difícil pretender llevar a uno de tus hijos a una actividad que te obligue a cruzar de punta a punta la ciudad con media hora de diferencia, por ejemplo, dado que pueden surgir imprevistos, como un atasco o un contratiempo de última hora que no te permita llegar a tiempo.
Traza horarios compatibles intentando dejar un tiempo prudencial entre las distintas actividades que te permitan cumplirlos sin que te vaya la vida en ello. Ten en cuenta las distancias que tienes que recorrer entre los sitios, sobre todo si vives en una ciudad grande donde el tráfico se complica a determinadas horas y el desplazarte de un sitio a otro se ve condicionado por recorrer una distancia en un medio de transporte que puede verse afectado por los atascos, por ejemplo.
2. Convierte tu salud una prioridad
Seguro que no se te pasa una cita médica que tenga que ver con tus hijos, pero es posible que con todas las cosas en las que tienes que pensar descuides tu salud o incluso relegues a un segundo plano tus propias visitas y chequeos médicos. Eso no sólo es un error, sino que puede tener consecuencias negativas para ti y los tuyos.
Piensa por un momento en un árbol cuyo tronco sostiene las ramas: si el tronco no está en buenas condiciones, difícilmente las ramas podrán desarrollarse y salir hojas. Ahora lleva este símil a tu familia, y piensa que el tronco es la columna vertebral de tu familia, es decir, tú mismo/a, y las ramas serían tu pareja y los propios hijos, que tienen que crecer y desarrollarse. Si no te cuidas tú, que eres como el tronco del árbol, difícilmente podrás ser la fuerza que cohesione la familia.
3. Olvídate de la comida basura y cocina en casa
Si esperas a última hora para pensar en lo que vais a comer o cenar, es posible que al final optes por opciones poco saludables y abuses de los platos precocinados o de la comida basura. Lo ideal es planificar los menús y encontrar tiempo para cocinar ya sea durante la semana o bien durante el fin de semana, y congelar después en porciones individuales o en las raciones que vayas a necesitar para sacar el día indicado y comerlas.
Por supuesto, será de gran ayuda todo tipo de ayuda en la cocina, ya sea con la colaboración de algún otro miembro de la familia, o con utensilios que faciliten la labor como ollas exprés que reducen los tiempos de cocción, robots de cocina que te pueden resultar de gran utilidad para cocinar, triturar o preparar platos…etc. Si piensas que es necesario un gran desembolso para adquirirlos, haz el cálculo del tiempo que vas a ahorrar utilizándolos y descubre cómo te compensa su adquisición. Pero eso sí, utilízalos porque de lo contrario, habrás tirado el dinero a la basura.
También puedes adelantar parte de esas comidas, como cortar y pochar verduras que te pueden servir de acompañamiento en determinados platos que puedes hacer en el momento, como un filete o un pescado a la plancha, por ejemplo.
4. Dedica un día para hacer la compra semanal
Al igual que tienes que planificar tus menús semanales, es preferible que te planifiques para realizar la compra un día a la semana a ser posible. Ahorrarás mucho tiempo si no tienes que ir cada dos por tres a comprar eso que te hace falta o se te ha olvidado y necesitas para preparar el plato que tienes pensado hacer. Sobre todo, procura hacer esto con los productos más perecederos, dado que es posible que algunos productos no tengas más remedio que comprarlos un día determinado entre semana.
5. Revisa las pérdidas de tiempo
Seguramente alguna vez te ha pasado que justo cuando ibas a salir por la puerta de casa no has encontrado las llaves del coche para cogerlo y desplazarte a donde querías ir, y has perdido más de 10 minutos buscándolas por toda la casa y al final has llegado tarde a la cita que tenías o al sitio donde querías llegar.
Aunque a veces es imposible controlar todo, si que puedes hacer un balance de los momento en los que pierdes tiempo de forma tonta y que se podían haber evitado si hubieras preparado las cosas con antelación.
Por ejemplo, si por la noche piensas en lo que te vas poner al día siguiente y lo dejas preparado, es posible que ahorres un tiempo precioso en lugar de abrir el armario por la mañana y decidir lo que te vas a poner y tener que cambiar de opinión cuando te has dado cuenta que la camisa o pantalón que querías ponerte estaba in planchar o para lavar y has tenido que cambiar de vestimenta a última hora.
6. Utiliza un calendario grande para anotar las citas importantes
Puedes ponerlo colgado en la nevera, en un lugar visible. y ahí puedes anotar todas las citas que necesites recordar, desde las citas con los médicos, dentista, reuniones con los profesores de tus hijos, excursiones, cumpleaños…etc.
Por supuesto, cualquier otro tipo de ayuda como calendarios electrónicos que te envíen mensajes a ti o al resto de miembros de tu familia también pueden resultarte de utilidad si estás familiarizado/a con las nuevas tecnologías.
7. Haz ejercicio
Proponerte ir todos los días al gimnasio no es una opción muy realista cuando además de trabajar tienes que compartir tu tiempo fuera de la oficina con las actividades del resto de tu familia y con las tareas que un hogar requiere cada día para seguir adelante.
Durante la semana puedes sacar tiempo para hacer un par de horas de ejercicio, y hoy en día, con los avances tecnológicos, no es necesario que vayas a un gimnasio y así ahorrarás tiempo de desplazamiento. Tienes un montón de recursos disponibles en internet, gratuitos o de pago, como vídeos disponibles en Youtube, aplicaciones de móvil gratuitas o de pago que te pueden guiar con distintos niveles y tablas de ejercicios, DVDs de ejercicios que puedes comprar en grandes almacenes o incluso online…etc.
También tienes pequeños aparatos que te pueden ayudar a realizar estos ejercicios como pelotas de pilates, esterillas para realizar ejercicios, pequeñas mancuernas, bandas elásticas…y todo tipo de pequeños artículos que te pueden resultar de utilidad para utilizar en un pequeño rincón de tu casa, ahorrando dinero y sobre todo, tiempo.
8. Incluye a los niños en las tareas
Unos padres que se preocupan por su salud y su bienestar son un buen ejemplo para sus hijos, y cuanto antes comiences por inculcarles buenos hábitos te resultará mucho más sencillo que no los pierdan.
Por ejemplo, la tarea de recoger los juguetes una vez que han terminado de jugar y siempre antes de irse a dormir, puede formar parte del quehacer diario y les inculcarás la importancia del orden para que todo fluya de forma correcta. Si los niños sienten curiosidad por la cocina, puedes aprovechar para enseñarles cosas sencillas que sean sanas y fomenten la importancia de seguir una dieta sana y equilibrada. Cuando terminen de comer o cenar, a ser posible en familia, hay que enseñarles a recoger su plato y llevarlo a la pila de fregar o al lavavajillas. Incluso hay que incluirles o buscar actividades en las que todos podáis participar, como salir al parque para que jueguen, dar un paseo aprovechando el buen tiempo o montar en bicicleta todos juntos para unir la práctica de un deporte y el buen tiempo.
Todo cuenta para hacerles sentir que son parte de la familia y que a medida que van creciendo, van adquiriendo responsabilidades y pueden colaborar con los planes familiares descargando un poco el trabajo familiar que tienen que hacer los progenitores.
9. Medita a diario
Lograr meditar a diario y practicar el mindfulness, te ayudará a relajarte y ser consciente de las cosas que ocurren a tu alrededor. Además, si consigues establecer una rutina que te permita ser consciente del momento presente, te resultará más sencillo conocer tus limitaciones, organizarte y evitar las pérdidas de tiempo que te desesperan a veces.
Cuando eres consciente del momento que vives en el presente y además consigues cambiar tu pensamiento de lo negativo a lo positivo, tu vida dará un giro y conseguirás lograr tus objetivos con mayor facilidad, logrando un mayor agradecimiento hacia la vida y hacia todo lo que te rodea.
10. Acepta tus propios errores
Seguro que en más de una ocasión la casa no está lo suficientemente ordenada porque un contratiempo de última hora os ha quitado tiempo para dejar todo en su sitio. Piensa que es muy difícil que todo salga a la perfección a diario, y si vas en busca de ella en todo, puedes acabar mal.
Tienes que ser indulgente con tus propios errores, sobre todo los que se cometen en casa, dado que forman parte del ser humano y de la naturaleza de cada uno. Es bueno aprender de los errores para intentar no volver a caer en ellos y para mejorar, pero siempre desde una perspectiva constructiva, y ser comprensivo con uno mismo para aceptar que aunque no siempre las cosas salen como uno quiere, al menos, has puesto todo lo necesario de tu parte para intentar que así sea.
¿Quieres añadir algo más?
Aunque ninguno tenemos una varita mágica para tener la solución infalible a todos o a la mayoría de nuestros problemas, espero que alguno de estos consejos te haya podido resultar de utilidad o puedas ponerlo en práctica con éxito. Y recuerda que como siempre, puedes contarme tu experiencia a este respecto o añadir algo para hacer este artículo más completo. ¿Te animas a contármelo?