¿Qué Alimentos Contienen Más Vitamina A?
Los precursores de la vitamina A son el retinol y el caroteno, que se encuentran en multitud de alimentos. El retinol se encuentra en los productos de origen animal y el caroteno en los de origen vegetal.
Incluyéndolos en tu dieta diaria no solo te asegurarás de no padecer ninguna carencia de vitamina A sino que además te beneficiarás de todas sus propiedades para la salud.
A continuación encontrarás una lista con los alimentos más ricos en vitamina A:
- Leche y sus derivados (queso, mantequilla, nata, etc.)
- Carne de pollo, pavo y ternera
- Hígado (de cerdo, de ternera e incluso en paté o foie-gras)
- Huevos (sobre todo la yema)
- Pescado: anguilas, angulas, congrio, almejas, berberechos y el pescado azul en general (salmón, atún, sardina, caballa, etc.)
- Verduras: zanahorias, espinacas, brócoli, grelos (brotes tiernos de nabo), boniato, col, col rizada (kale) y tomates
- Frutas: Melón, albaricoques, mango y papaya
10 Beneficios de la Vitamina A
La vitamina A posee propiedades antioxidantes, antiinflamatorias e inmunopotenciadoras, además de otorgar muchos otros beneficios para nuestra salud general.
Mejora la salud ocular: La vitamina A es una parte fundamental de la molécula de rodopsina, que se activa cuando la luz brilla sobre la retina y envía una señal al cerebro, lo que da como resultado la visión. Por eso esta vitamina es tan importante para la salud ocular. Además, el betacaroteno juega un papel esencial en la prevención de la degeneración macular, la principal causa de problemas visuales y ceguera relacionados con la edad.
Mejora el crecimiento óseo: La vitamina A es esencial tanto para el crecimiento de los huesos y los dientes como para mantener su buen estado a lo largo de los años. Por eso, aunque los niños requieran más vitamina A para favorecer el crecimiento, en la edad adulta tampoco deberemos descuidar la ingesta de esta vitamina. Su consumo habitual será importante para mantener una buena densidad ósea, previniendo así la aparición de la osteoporosis.
Mejora el desarrollo muscular: Gracias a su poder antioxidante la vitamina A es esencial en el crecimiento y regeneración de las células. Esto implica que esta vitamina es muy importante para el desarrollo muscular, sobre todo en los niños. Una deficiencia de esta vitamina en la edad temprana podría provocar distrofia muscular.
Fortalece el sistema inmunológico: Varias funciones del sistema inmunológico dependen de la suficiente ingesta de vitamina A. Por eso esta vitamina es esencial para combatir enfermedades graves y enfermedades autoinmunes, pero también enfermedades más leves como la gripe o el resfriado. El betacaroteno también es un poderoso antioxidante que puede ayudar a estimular el sistema inmunológico y prevenir diversas enfermedades crónicas.
Previene el cáncer: La vitamina A tiene propiedades antioxidantes que neutralizan los radicales libres en el cuerpo que causan la degeneración y el daño celular. Esto puede derivar en cáncer, por lo que ingerir suficiente vitamina A podría evitarlo. Además, el ácido retinoico que contiene la vitamina A puede prevenir los cánceres de pulmón, próstata, mama, ovario, vejiga, boca y piel.
Protege el corazón: La vitamina A contribuye a reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol malo). El colesterol LDL se va acumulando en las arterias, reduciendo el paso de la sangre hacia el corazón. Esto, a su vez, aumenta la presión arterial, algo muy peligroso tanto para el corazón como para los riñones. Por eso, gracias a la vitamina A reducirás el riesgo de padecer un ataque cardíaco u otros problemas de corazón.
Protege el tracto digestivo: La vitamina A protege las membranas mucosas del tracto digestivo. Esto significa que esta vitamina es capaz de favorecer la digestión y evitar problemas como la diarrea o los vómitos.
Combate la inflamación: Las propiedades antiinflamatorias de la vitamina A contribuyen a reducción de los niveles de inflamación, tanto inflamaciones locales como inflamaciones provocadas por enfermedades crónicas o autoinmunes. Además también ayuda a prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Por otra parte, la vitamina A también puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de alergias alimentarias, ya que ayuda a prevenir la inflamación exagerada que nuestro cuerpo provoca como reacción a estos alimentos.
Cuida de la piel: Gracias a su gran poder antioxidante, la vitamina A es esencial para la curación de heridas y la regeneración de la piel. Además, también te ayudará a mantener una piel más tonificada y flexible, lo que retrasará la aparición de arrugas y otros signos de la edad, manteniendo tu piel con un aspecto más joven. En este aspecto, la vitamina A también es muy eficaz para tratar afecciones de la piel, como eczemas, dermatitis o acné.
Es esencial en el embarazo: Como te comentaba, la vitamina A es esencial en el crecimiento y desarrollo de las células y los tejidos. Por esta razón será importante para el correcto desarrollo del feto durante el embarazo. Una deficiencia de esta vitamina podría provocar malformaciones o defectos congénitos en el futuro bebé.
¿Qué Provoca la Deficiencia de Vitamina A?
Como la vitamina A es un nutriente esencial para nuestro cuerpo, su carencia o deficiencia puede acarrearnos diversos problemas de salud. Entre los más comunes encontramos:
- Problemas oculares e incluso ceguera
- Sequedad y descamación de la piel
- Infecciones respiratorias
- Sensibilidad o intolerancia al gluten
- Síndrome del intestino permeable
- Enfermedad inflamatoria del intestino
- Trastornos del páncreas
- Enfermedades autoinmunes
- Riesgo en el embarazo (sobre todo en el último trimestre)
Finalmente, cabe destacar que el consumo excesivo de vitamina A puede provocar ictericia, náuseas, vómitos, pérdida de apetito, irritabilidad, caída del cabello, defectos congénitos, una disminución de la densidad ósea y problemas hepáticos.
Sin embargo, sería prácticamente imposible ingerir tales cantidades de vitamina A solamente consumiendo alimentos. Para sufrir estos efectos secundarios sería necesario tomar un exceso de suplementos vitamínicos. Por eso, es muy importante no tomar ningún suplemento vitamínico por nuestra cuenta, consultar siempre con un médico especialista y seguir al pie de la letra sus indicaciones. ¡No te la juegues!