Las Consecuencias de Una Vida Sedentaria
Si comparamos nuestro estilo de vida con el de las generaciones anteriores, es indudable que ahora somos mucho más sedentarios. No es nuestra culpa, ahora que la tecnología está tan instaurada en nuestras vidas muchos de los trabajos pasan por estar 8 horas sentados delante de un ordenador. Y nuestro ocio, en la mayoría de las ocasiones, también se basa en estar durante bastante tiempo delante de una pantalla y bien acomodado.
¿Pero qué implicaciones tiene que nuestro estilo de vida se haya vuelto tan sedentario? Pues como ya te apuntábamos en este otro artículo sobre las consecuencias de no hacer ejercicio, la inactividad física puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, diabetes, cáncer y obesidad. Además, puede ocasionar la aparición del síndrome metabólico, empeorar problemas como la osteoporosis, los trastornos cardiovasculares o las varices, entre otros.
El sedentarismo es por tanto uno de los problema más extendidos, que necesita combatirse para mejorar nuestro estilo de vida y nuestra salud.
Pequeños Cambios en Tu Rutina para Combatir el Sedentarismo
Como hemos dicho, el sedentarismo es algo que se ha instaurado en nuestro día a día y que debemos ir combatiendo desde las más pequeñas acciones para cambiar así nuestro estilo de vida y conseguir que éste sea más saludable. Veamos cuáles son algunas de las pequeñas cosas que podemos hacer para lograrlo.
Cuando salgas fuera, intenta aparcar lejos. Sí, seguro que te reconoces yendo a un lugar en coche, como por ejemplo un centro comercial, y aparcando en la misma puerta para andar lo mínimo. No se trata de que vayas andando a ese lugar si está tan lejos, pero cuando llegues, en vez de aparcar en el sitio más cercano a nuestro destino, deja tu coche una o dos manzanas más lejos. Si por ejemplo vas a hacer la compra y vas a ir cargado, en vez de aparcar en la primera fila cercana a la puerta, hazlo en la tercera, no te costará mucho más y ya te estarás moviendo.
Usa las escaleras y no los ascensores. Los ascensores son un gran invento, está claro, y más cuando vamos cargados con la compra. Pero si ese no es el caso, opta por intentar subir por las escaleras y no por el ascensor. Al subir los escalones tendrás que poner a trabajar tus piernas y estarás activando la circulación en ellas.
Si puedes, opta por ir andando o en bicicleta a tu lugar de trabajo. No en todas las ocasiones es factible está opción, pero si tienes la suerte de que tu lugar de trabajo no está demasiado lejos, prueba a ir andando o en bicicleta. Y si está demasiado lejos, bájate en la parada de antes y termina el recorrido andando.
Si tienes hijos, sobrinos o primos pequeños, juega con ellos. Una de las mejores formas de mantenerse activo es jugar con los más pequeños de la casa. Los niños están llenos de energía, y seguro que si les propones jugar al escondite lo prefieren a jugar con la videoconsola.
Cuando hables por teléfono, camina mientras tanto. Una acción pequeña pero que te mantendrá activo. Cada vez que te llamen por teléfono, en vez de hablar sentado desde la silla opta por caminar de un lado a otro.
Realiza las labores de la casa. No son tu pasión favorita, pero mientras vas a comprar, cocinas, planchas la ropa o barres la casa, estás en movimiento y quemando calorías, algo que no pasará si estás sentado en el sofá.
Mira la tele mientras haces bicicleta o steps. ¿Te imaginas la cantidad de calorías que podríamos quemar si mientras vemos la televisión realizáramos alguna actividad física? Pon tu programa favorito y mientras haz bicicleta estática o steps frente a la pantalla.
Si tienes perro, disfruta de los paseos. ¿Tienes perro? ¿Eres de los que les da la vuelta a la manzana y te vuelves a casa cuando sales a pasearlo? Prueba a realizar paseos más largos. Estarás más tiempo manteniéndote activo y seguro que tu perro te lo agradecerá.
Haz que tus vacaciones sean activas. Cuando nos vamos de vacaciones queremos desconectar y descansar, pero eso no implica que pasemos de estar tumbados en una hamaca en la playa por el día a irnos a la cama a dormir por la noche. Resérvate un tiempo para hacerlo, claro, pero prueba también con actividades como el senderismo por ejemplo para activar tu cuerpo.
Si trabajas sentado haz estiramientos de vez en cuando. Si tu trabajo requiere que pases muchas horas sentado, levántate cada cierto tiempo y realiza estiramientos. En este artículo te damos algunos ejemplos de estiramientos para que los realices.
Ponte música y a bailar. Otra forma de aumentar tu actividad es simplemente poniendo música que te guste y bailar durante un rato. Además de divertido, estarás ahuyentado al sedentarismo.
7 Consejos Sobre Cómo Empezar a Hacer Ejercicio
Vale, tras ver las consecuencias que tiene el sedentarismo nos hemos propuesto realizar ejercicio, pero… ¿por dónde empezamos? No se trata de darnos una paliza el primer día y ya no volver a practicar más ejercicio porque hemos acabado destrozados. Y tampoco hacer ejercicio implica ir a un gimnasio. Veamos qué consejos nos van a venir bien para convertir la práctica de ejercicio en un hábito a largo plazo que beneficiará a nuestra salud.
Elige un objetivo. Lo primero que deberás hacer cuando empieces a realizar ejercicio es fijarte un objetivo. Cada persona es diferente y va a tener una meta distinta. Averigua cuál es el motivo por el que vas a empezar a hacer ejercicio y establece tu meta.
Sé realista con tu objetivo. No nos olvidemos de que comentábamos que hoy en día vamos siempre apresurados porque nos falta tiempo. Por esta razón, no te propongas realizar 2 horas de ejercicio cada día para conseguir tu meta si sabes que no tienes tiempo para poder cumplirlo. Debemos ser realistas y diseñar un plan equilibrado, teniendo en cuenta el tiempo que vamos a poder emplear cada día, y las condiciones en las que podemos hacer ejercicio.
Establece una rutina de ejercicios equilibrada. Para mantenernos en forma debemos ejercitarnos combinando diferentes tipos de ejercicios:
Ejercicios cardiovasculares. Dentro de este tipo de ejercicios encontraríamos caminar, nadar, montar en bicicleta o correr. Con ellos conseguiremos quemar calorías, y trabajaremos nuestra resistencia cardiovascular.
Entrenamiento de fuerza. Con estos ejercicios trabajaremos la resistencia de las diferentes partes de nuestro cuerpo y desarrollaremos nuestros músculos. Recuerda que es muy importante mantener una postura correcta al realizarlos, y a medida que vayamos progresando iremos aumentando el peso de la carga con la que trabajemos.
Entrenamiento de flexibilidad. Los estiramientos, además de ayudarnos a evitar lesiones, si los realizamos tanto antes como después de los ejercicios, también nos ayudarán a ganar flexibilidad, por eso es importante que los practiques. Recuerda estirar entre 15 y 20 segundos al menos para que los estiramientos sean efectivos.
Escoge un deporte o ejercicios que te gusten. Puede parecer una tontería, pero cuando decidimos empezar a ejercitarnos este punto es de vital importancia. Si escoges realizar una actividad que no te gusta, no durarás mucho tiempo y cualquier excusa será buena para abandonar. Por eso es importante que empieces con actividades que te gusten, ya sea caminar, correr o nadar, y no tiene por qué implicar un gimnasio. A medida que vayas avanzando, verás como te resultará fácil ampliar el número de actividades a realizar, y disfrutarás con ellas.
Convierte en un hábito tu entrenamiento. Como te decía antes, hacer ejercicio tiene que convertirse en un prioridad en tu vida, porque mantenernos activos es sin duda una manera de mejorar nuestra salud. Busca tus momentos, y resérvalos siempre para hacer tus ejercicios. Al principio te costará más, pero si lo haces pronto se convertirá en un hábito muy saludable. Lo ideal es que realicemos entre 30 y 60 minutos de actividad física cada día.
Ve poco a poco Si vamos a empezar a hacer ejercicio es importante que lo hagamos poco a poco. Piensa que al principio no tendrás tanta resistencia ni fuerza, por lo que es mejor que vayas poco a poco incrementando la cantidad y intensidad de los ejercicios para evitar posibles lesiones y sobre esfuerzos. Si desde el principio haces ejercicios muy duros acabarás abandonando, y se trata de que lo conviertas en una rutina.
La recuperación también es importante. Los ejercicios no hay que hacerlos a lo loco. El tiempo de descanso y recuperación va a ser muy importante también. Si lo que vas a hacer son series de ejercicios, date un tiempo de descanso entre una serie y otra. En el caso de que hagas entrenamiento de fuerza, recuerda darte días de descanso para que tus músculos se recuperen.
¡Dile Adiós al Sedentarismo y Hola al Ejercicio!
Como has podido comprobar, aunque el sedentarismo esté muy presente en nuestras vidas, hay muchas formas de poder combatirlo. Esfuérzate por lograr un estilo de vida en el que la actividad y el ejercicio estén presentes, ya que tu salud te lo agradecerá. Desde pequeñas actividades como ir andando a tu trabajo, hasta ejercicios como caminar, correr o nadar Todo vale para para decirle adiós al sedentarismo.
¿Y tú? ¿Cómo combates el sedentarismo?