Diferenciando las Mandarinas de las Naranjas
Las mandarinas son variedades afines de las naranjas, y como frutos cítricos que son comparten muchas características. Sin embargo, también tienen sus diferencias, que a simple vista se centran sobre todo en un tamaño más reducido de la mandarina respecto a la naranja, así como una piel que es más fácil de desprender.
También, a diferencia de la naranja, la mandarina está compuesta por gajos que se separan fácilmente y suele ser más dulce y jugosa.
Datos sobre las Mandarinas
Las mandarinas son frutas propias de la temporada de otoño e invierno, aunque en conserva están disponibles durante todo el año. A la hora de escoger en el supermercado las mandarinas, es importante tratar de elegir las que tengan una piel más anaranjada y brillante, y que sean más pesadas que las demás. Y para disfrutar de todo su sabor y poder conseguir los beneficios que le brinda a nuestra salud, deberemos consumirlas en un plazo más bien corto.
¿Y cómo comérselas? Pues esa es la mejor parte, ya que se trata de una fruta muy versátil. Puedes tomarla como postre, hacer zumo con ella, o incluirlo como ingrediente adicional en nuestras ensaladas, por ejemplo.
Además, otra de sus ventajas es que es muy cómoda de transportar y eso la hace ideal para almuerzos, meriendas y postres fuera de casa.
Los Beneficios que las Mandarinas Aportan a tu Salud
Las mandarinas no solo están riquísimas, sino que nos proporcionan una buena lista de beneficios para nuestra salud
¿Quieres saber cuáles?
Regulan la presión arterial. La mandarina es rica en potasio también, una propiedad que ayuda a que nuestros vasos sanguíneos se relajen y aseguren un buen flujo de sangre por las arterias para regular la presión arterial.
Mejoran la salud del cerebro. Las mandarinas contienen componentes como el potasio, el folato y varios antioxidantes conocidos que proporcionan beneficios neurológicos. De acuerdo con esto, comer mandarinas de forma regular previene la aparición del Alzheimer y el deterioro cognitivo, gracias al folato, y el potasio nos ayudará a aumentar el flujo sanguíneo de nuestro cerebro y mejorar la concentración y la actividad neural.
Reducen el colesterol. Las mandarinas producen sinefrina, un componente que frena la producción de colesterol en nuestro cuerpo, y además esta pequeña fruta, cuenta también con antioxidantes, que ayudarán a reducirlo.
Ayudan a combatir las infecciones. Las mandarinas contienen más de un 80 por ciento de la demanda de vitamina C que nos pide nuestro cuerpo. Esta vitamina es un antioxidante potente que ayuda a nuestro cuerpo a ser más resistente de cara a las infecciones, y a mantener el buen funcionamiento de nuestro sistema inmunológico. Gracias a sus propiedades antimicrobianas, prevendrá la infección de heridas, y evitará la aparición de virus, hongos e infecciones bacterianas.
Mejoran la apariencia de nuestra piel y cabello. Al igual que otros cítricos, las mandarinas son muy buenas para el cuidado de nuestra piel y nuestro pelo. Son ricas en vitaminas C y E, esenciales para mantener un piel más joven y saludable, libre de imperfecciones. Nos protege la piel de rayos UVA, daños causados por el sol y los radicales libres. Además esta fruta es otro de los alimentos que combate los signos del envejecimiento. Sus propiedades antioxidantes también ayudan a proteger y mantener sano e hidratado nuestro cabello.
Mejoran nuestra salud digestiva. Gracias a que son una gran fuente de fibra, las mandarinas nos ayudan a mejorar el tránsito intestinal y pueden ayudar a prevenir el estreñimiento.
Ayudan a prevenir el cáncer. Se han realizado estudios que concluyen que el consumo regular de mandarina puede ayudar a prevenir la aparición de cáncer de mama, y también su consumo ayuda a combatir el cáncer de hígado, gracias a la presencia de vitamina A en esta fruta.
Ayuda a las mujeres embarazas y sus bebés. Esta fruta está recomendada para las mujeres embarazadas por contener en abundancia folatos o ácido fólico, una vitamina imprescindible en los diferentes procesos celulares de la primera etapa de gestación. Aunque hablamos de un consumo equilibrado, ya que como ocurre con todos los alimentos, no se debe abusar de su consumo. Es preferible combinar diferentes alimentos y tener una dieta variada.
Nos ayuda a perder peso. Debido a su alto contenido en fibra, la mandarina nos sacia dejándonos con la sensación de que hemos comido suficiente ya que nuestro estómago se siente lleno, y eso nos hará comer menos. Además, son muy bajas en calorías. Su principal componente es el agua, pero cuenta con niveles de azúcar muy bajos como ventaja.
Como has comprobado, se trata de una fruta pequeña pero muy completa, además de estar dulce y realmente buena.
Así que ¿son los beneficios que te hemos contado suficientes para convencerte de incluirlas en tu dieta?
Y a ti ¿qué es lo que más te gusta de las mandarinas?
