¿Por Qué Surgen las Discusiones?
Cuando convivimos con más gente, ya sea en casa, en el trabajo o compartiendo nuestro tiempo libre, es normal que no siempre estemos de acuerdo en todo. Cada persona tiene su propia manera de ver el mundo y de pensar, y cuando esa percepción de las cosas no coincide con las de un familiar, un amigo o compañero es cuando surgen los conflictos y empezamos a discutir.
Discutir como tal no es malo, sino una necesidad natural que viene dada por la diversidad de opiniones y las preferencias de cada persona. El problema surge cuando nos enfadamos y tomamos la discusión como una batalla que ganar para imponer nuestro punto de vista.
Cualquier asunto o motivo por pequeño que sea puede ser el causante de generar una discusión. Pero recuerda y ten presente aquello de que «dos no discuten si uno no quiere».
Discutir Puede Afectar a tu Salud
Como te contábamos antes, discutir no es malo, pero si lo haces de forma frecuente y te tomas esas discusiones como algo muy personal donde la única salida es imponer tu visión, esa forma de pensar puede estar perjudicando no solo a tus relaciones personales, sino también a tu propia salud.
El estado de ánimo que tengas influye en tu salud, y si siempre estás tenso, estresado o preocupado a causa de esas discusiones eso puede llegar a provocar problemas cardíacos, accidentes cardiovasculares, problemas hepáticos, ansiedad, depresión e incluso enfermedades como el cáncer.
Consejos para Saber Manejar una Discusión
A continuación vamos a repasar los mejores consejos para primero, evitar entrar en una discusión, y segundo, si es inevitable discutir, que sepas cómo manejar esa discusión para que termine de la mejor menara posible. ¡Veámoslo!
1. Aprende a Distinguir una Discusión de una Pelea
No es lo mismo discutir que pelear. Con la discusión pretendemos enfrentar puntos de vista pero siempre tratando de ser respetuosos y buscando llegar a un entendimiento tras ella. Cuando empezamos a levantar la voz, a tratar de imponer nuestro punto de vista y a no prestar atención a la otra persona cuando habla, entonces estamos ante una pelea.
Mientras que en la discusión ambas partes intentan escucharse y entenderse, en una pelea el tono es predominantemente agresivo.
2. ¿Merece la Pena Discutir?
A veces más que aprender a manejar una discusión uno tiene que plantearse si merece la pena llevarla a cabo. ¿Tanto importa la causa como para discutirla? Piensa si vas a obtener tras esa discusión lo que quieres, si merece la pena enfrentarse a la otra persona por lo que puedas conseguir de ella y sobre todo si es el momento adecuado para llevarla a cabo.
Imagina que has dejado algo en un lugar, y un familiar lo ha cogido y guardado mientras no estabas. Cuando has llegado el objeto que necesitabas no estaba en el mismo lugar y alguien lo ha utilizado, pero antes de poner el grito en el cielo respira y piensa: ¿Acaso ha sufrido algún daño? ¿Acaso no puedes utilizarlo ahora? ¿Por qué empezar una discusión cuando simplemente volviéndolo a coger y usarlo tenemos arreglado el asunto?
3. Trata de Mantener la Calma
Si deseas que la discusión no se lleve a cabo, o que si se hace lo haga de la mejor manera posible intenta mantener la calma en la medida de lo posible e invita a que la otra persona también lo haga. Las palabras, el tono y los gestos que utilices en tu conversación serán puntos claves para conseguir este propósito.
Para conseguir esa calma también es aconsejable que respires profundo y pienses las cosas con claridad antes de decirlas para evitar malentendidos.
4. Sé Respetuoso
Cuando estés en medio de una discusión es importante que expliques tu punto de vista a la otra persona. Hazlo de la forma más clara que puedas para que te puedan entender, pero sobre todo, hazlo sin faltarle al respeto a la otra persona, y trata de no herir sus sentimientos con ataques personales.
5. Aprende a Escuchar y Ponte en la Piel del Otro
No se trata de imponer nuestra visión para ganar la discusión. Ponte en el lugar de la otra persona, escúchala y trata de entender las razones por las que está tratando de defender su punto de vista. Si tu lo haces, esa persona puede que también haga un esfuerzo por entender las tuyas y sea mucho más fácil llegar a un punto de comprensión entre ambos. La empatía es algo muy importante de cultivar cuando empezamos una discusión si queremos que se resuelva con buen pie.
6. Autocontrol
Cuando estamos en medio de una discusión nuestros nervios están a flor de piel, y puede que te jueguen una mala pasada y te lleven a decir cosas de las que luego te arrepentirás. Es mejor que pienses las cosas dos veces antes de decirlas para que esto no pase, y también que trates de no mezclar el asunto de la discusión con otros que no vienen al caso, puesto que de lo contrario solo conseguirás que la discusión se agrave más y sea más difícil llegar a un punto de comprensión.
7. Todo el Mundo Puede Equivocarse
No siempre somos nosotros los que tenemos razón. Cuanto antes seamos consciente de ello antes nos daremos cuenta de que podemos evitar muchas discusiones. Pero si ya has empezado una, que no te dé miedo a escuchar los argumentos de la otra persona y ser consciente de que no eras tú el que tenía razón. Todos podemos equivocarnos, y no pasa nada por ello. Lo importante es darse cuenta de ello y actuar en consecuencia.
8. Aprende a Pedir Perdón
Como te hemos comentado antes, hay ocasiones en las que los nervios nos juegan una mala pasada, nos dejamos llevar por la discusión, el ambiente se caldea y decimos cosas que ni pensamos ni queremos decir realmente. No pasa nada, lo dicho, dicho está. Lo importante es que sepas admitir tu error y pidas disculpas a la otra persona. Este gesto demuestra tu predisposición a encontrar un punto de entendimiento entre ambos.
9. Aprende a Negociar
En una discusión es importante saber ceder y no emitir sentencias tales como «es que yo soy así», «contigo no hay forma de razonar» o «yo tengo razón y tu no». Éstas son frases que no dejan lugar a posibles cambios en la discusión y dan a entender que no vamos a cambiar de opinión aunque las razones que nos dé la otra persona estén mucho mejor argumentadas que las nuestras.
10. Apazamiento de La Discusión
Cuando veas que la discusión se va a producir y tu eres una persona muy impulsiva, notas que estás muy cabreado y que vas a decir cosas de las que vas a arrepentirte, es mejor aplazarla para más tarde. Pide respetuosamente a la otra persona un tiempo para reflexionar y calmarte, y aplaza la discusión para después, cuando no esté todo tan reciente y no notes los nervios a flor de piel. Eso te ahorrará muchas malas discusiones.
El Arte de Manejar una Discusión
Como has comprobado con este artículo, discutir no es lo mismo que pelear ni mucho menos. Y hacerle frente a una discusión puede enriquecernos como persona si sabemos cómo llevarla a cabo de la forma adecuada, siendo respetuosos con la otra persona e intentando llegar siempre a un punto de entendimiento.
¿Y tú? ¿Conoces algún consejo más para manejar bien las discusiones?