¿Qué ventajas tiene un desodorante natural frente a uno comercial?
Para evitar el mal olor que puede desprender el sudor es básica la higiene diaria y utilizar un desodorante que mantenga a raya el sudor.
Aunque hay muchos productos comerciales destinados a evitar el mal olor del sudor, en su mayoría contienen sustancias perjudiciales para tu salud por ser antitranspirantes o por llevar componentes muy dañinos para tu piel como el aluminio, que al entrar en contacto con el torrente sanguíneo puede producir algún problema de salud a la larga.
Además, estarás contribuyendo con el medio ambiente al no generar tantos residuos ni tanta contaminación como la que se produce al producirlos de manera industrial.
¿Puede ser un desodorante natural efectivo?
Este desodorante lleva sustancias naturales como el aceite de oliva, la manteca de Karité, la manteca de coco, arcilla blanca y bicarbonato de sodio, que además de evitar que aparezca el mal olor, te va a ayudar a cuidar tu piel y tu salud.
El aceite de oliva virgen tiene muy buenas propiedades para cuidar la piel, por lo que su utilización en esta ocasión te va a ayudar a cuidar esta zona tan delicada evitando irritaciones que pueden producirse en algunas ocasiones.
La combinación de manteca de karité y manteca de coco resulta muy adecuada en distintos preparados de higiene corporal, además de resultar hidratante y protectora para la piel, por lo que es ideal para esta preparación.
La arcilla blanca tiene la gran ventaja de absorber la humedad, neutralizar los olores y combatir las toxinas, al mismo tiempo que aporta a tu piel minerales, ayudando por tanto a cuidarla de forma natural.
El bicarbonato de sodio tiene de por sí un efecto desodorante pero además es un gran alcalinizante por lo que, al mezclarlo con el resto de ingredientes te va a ayudar a prevenir irritaciones y hongos que pueden ser los responsables de la aparición del mal olor que puede y desprender el sudor.
Opcionalmente puedes añadir unas gotas de algún aceite esencial de tu preferencia, por si quieres aportar un olor especial a esta mezcla. Yo he elegido en esta ocasión el de limón, aunque puedes poner cualquier otro o una combinación de los que más te gusten, como el de árbol de té o el de lavanda, por ejemplo.
¿Qué necesito?
- 15 gramos de aceite de oliva virgen extra.
- 10 gramos de manteca de Karité.
- 15 gramos de manteca de cacao.
- 20 gramos de arcilla blanca.
- 15 gramos de bicarbonato sódico.
- Unas gotas de aceite esencial de limón (opcional).
¿Cómo lo preparo?
Pon el aceite de oliva virgen extra, la manteca de Karité y el aceite de coco en un recipiente de cristal que puedas calentar al baño maría a una temperatura suave para que se derritan las mantecas y se fundan con el aceite.
Una vez que estén fundidas y bien mezcladas las mantecas con el aceite, tienes que añadir el bicarbonato y mezclar muy bien para que la mezcla final quede más suave.
Ahora es el momento de añadir la arcilla blanca y mezclar cuidadosamente con una cuchara para que se mezcle todo bien y se quede bien fundido.
De manera opcional y cuando la mezcla se haya enfriado casi por completo, puedes añadirle unas gotas de algún aceite esencial de tu elección o una combinación de varios, aunque sin excederte de la cantidad de 15 gotas para evitar que resulte irritante para tu piel.
Una vez que tienes la mezcla, puedes verterla en algún recipiente de cristal que cierre herméticamente donde vayas a guardarlo para que se conserve durante más tiempo.
Puedes aplicar una pequeña cantidad sobre la piel de tus axilas limpias y secas y extenderlo cuidadosamente para facilitar su absorción y estar protegido durante todo el día.
Pruébalo, ¡te encantará!.