Gota: Síntomas, Causas y Tratamiento

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¿Qué es la gota?

La gota es un trastorno metabólico que consiste en la acumulación excesiva de ácido úrico en la sangre (hiperuricemia), que posteriormente causa cristales de ácido úrico que se depositan en diferentes lugares del cuerpo, especialmente en las articulaciones, bolsas sinoviales y tendones. Estos depósitos causan una inflamación de las articulaciones que, de no tratarse correctamente, daña las articulaciones. Los médicos la denominan artritis gotosa o artritis úrica. Pero los cristales también pueden almacenarse en los órganos internos, por ejemplo, en el riñón, y causar trastornos funcionales.

Síntomas de la gota

La gota evoluciona en una primera fase sin síntomas, pudiendo durar ésta durante años o incluso décadas. Durante este tiempo el nivel de ácido úrico en la sangre aumenta primero y se produce la llamada hiperuricemia.

Cuando en la gota la concentración de ácido úrico alcanza un valor crítico, se forman cristales de ácido úrico que provocan síntomas repentinos (ataque de gota aguda), por lo general en los pies, y más precisamente en la articulación del dedo gordo del pie (gota del pie o podagra). La articulación se inflama, se vuelve roja súbitamente y se hincha. El contacto es extremadamente doloroso. Las víctimas sólo pueden pisar con el talón y muestran una característica cojera con brincos.

En las primeras etapas de la gota, los síntomas pueden desaparecen por sí mismos. Tras un ataque de gota aguda, por lo general, sigue una fase sin síntomas de entre un mes y un año de duración (la llamada fase intercrítica).

Si la gota no se detecta pronto o se trata insuficientemente, pueden desarrollarse síntomas permanentes o crónicos, aunque la gota crónica es rara. Los síntomas típicos son dolor constante y cambios permanentes que afectan cada vez más la función de la articulación.

Una gota crónica puede causar depósitos de cristales de ácido úrico en los extremos de los tendones junto a las articulaciones (por ejemplo, en el codo, mano y pie), sin provocar síntomas repentinos. Entonces pueden aparecer los llamados nódulos de gota, que son duros e indoloros, de tamaño de un centímetro normalmente (pero pueden ser mayores), y están directamente bajo la piel. Si se rompe el nódulo sale una masa blanca que consiste principalmente en ácido úrico. Aparecen con frecuencia en el borde del cartílago de la oreja, y también en los párpados y aletas de la nariz.

Causas de la gota

Generalmente, la gota tiene causas hereditarias, que provocan en el organismo, o bien una escasa eliminación de ácido úrico (es el caso de la mayoría de los afectados), o bien una excesiva formación de ácido úrico (menos frecuente).

Ciertas enfermedades pueden ser causa de la gota. Por ejemplo, los niveles de ácido úrico pueden aumentar de forma preocupante si, como en la leucemia, mueren muchas células del cuerpo, lo que multiplica el ácido úrico. Incluso si la secreción de ácido úrico se bloquea (por ejemplo, en la insuficiencia renal), se puede desencadenar la gota.

Las purinas, sustancia que se encuentra en todos los tejidos del cuerpo y en muchos alimentos (hígado, frijoles, guisantes secos, anchoas) son otra causa de gota. Con su metabolización, el organismo produce ácido úrico (mediante el llamado metabolismo de la purina), por lo que quienes tienen predisposición genética y toman regularmente alimentos ricos en purina aumentan sus niveles de ácido úrico y por lo tanto favorecen la gota.

Por tanto, tendrás más predisposición a padecer gota si tienes antecedentes familiares, si eres hombre, si tienes sobrepeso, si toma demasiado alcohol, si comes demasiados alimentos ricos en purinas, si tomas comidas muy ricas en grasas, si tu organismo tiene una enzima defectuosa que hace que el cuerpo descomponga las purinas, si estás expuesto al plomo en el medioambiente, si has tenido un trasplante de órgano, si tomas medicamentos como diuréticos, aspirina, ciclosporina o levodopa, o si tomas niacina.

Tratamiento de la gota

A continuación te presentamos los mejores remedios caseros para la gota que hemos recopilado.

Nuestros remedios para la gota pretenden ayudarte a estar informado, pero nunca deben sustituir una consulta médica. Es fundamental que consultes a tu médico sobre este o cualquier otro tratamiento natural, así como posibles contraindicaciones o incompatibilidades.

Alimentación / dieta de la gota

En estos casos, es importante llevar una dieta rica en cereales, féculas y verduras frente y muy baja en purinas. Si padeces gota, debes comer alimentos ricos en purina sólo en pequeñas cantidades, porque el cuerpo convierte en ácido úrico la purina que contiene el alimento. Es conveniente por tanto, reducir o eliminar de la dieta las comidas muy grasas, el hígado y resto de vísceras, las carnes rojas, los pescados azules y mariscos, las anchoas…etc.

En estos casos, y sobre todo cuando se presenten los síntomas de un ataque de gota, hay que renunciar completamente al alcohol y beber por lo menos dos litros de líquido al día, por lo menos dos litros al día, preferiblemente en forma de agua mineral y té de hierbas y/o frutas. Por otra parte, puede tomar con toda confianza café, té negro o cacao, a pesar de contener purina, ya que el cuerpo no los convierte en ácido úrico y no pueden aumentan los niveles de ácido úrico.