¿Son todos los dolores de cabeza iguales?
En general es muy frecuente decir “me duele la cabeza” cuando sientes algún tipo de molestia en esta zona de tu cuerpo, pero en realidad, no todos los dolores que sientes en esta zona son iguales, ya que algunos son en forma de palpitaciones, otros son opresivos, otros punzantes…etc.
Esto es muy normal, ya que hay más de cien tipos distintos de cefaleas, o dolores de cabeza, que tienen causas muy distintas. Saber distinguir qué tipo de dolor es el que sientes tú te va a ayudar a tratar de prevenirlo o hacer que, al menos, aparezca de una forma más distanciada en el tiempo.
En primer lugar tienes que distinguir entre las cefaleas primarias, que son aquellas que no están provocadas por una causa aparente, y cefaleas secundarias, que son las que aparecen como consecuencia de otra dolencia o por otra causa, como pueden ser las que aparecen asociadas a un resfriado, una gripe, una sinusitis, una congestión nasal debida a una alergia, un traumatismo, lesiones cerebrales o como consecuencia de la toma de determinados fármacos.
Después de hacer esta primera distinción, donde la solución pasa por mejorar o evitar la causa que la provoca, vamos a centrarnos en esas cefaleas donde la causa no aparece identificada, y dentro de este grupo, vamos a identificar tres tipos según el tipo de dolor que sientas.
¿Sabrías distinguir el tipo de dolor que tienes?
Cuando tu dolor de cabeza no aparece como consecuencia de otra dolencia previa, es importante que aprendas a distinguir el tipo de dolor que sientes, ya que dependiendo de cómo sea, tendrás que actuar de una manera o de otra.
¿Aparece siempre cuando atraviesas una etapa de nervios o de mucho estrés?
Puede tratarse de la cefalea tensional, que es el dolor de cabeza más común, y está relacionado con el estrés, ya que se produce por un aumento de la tensión en la zona de los músculos de los hombros, el cuello y el cuero cabelludo, que acaban generando el dolor.
La sensación que tienes es la de tirantez, que puede aparecer a ambos lados de la cabeza al mismo tiempo o concentrada en la nuca o en la frente, como si te estuviesen oprimiendo con una cinta o un casco.
¿La molestia es intensa y la notas sobre todo detrás de un ojo?
En este caso puedes sufrir la cefalea en racimos o cefalea en brotes, como se la conoce también, donde el foco del dolor está cerca de uno de los ojos y suele venir acompañado de enrojecimiento, lagrimeo y congestión nasal.
Los ataques suelen aparecer en forma de brote cada año, y pueden prolongarse durante varias semanas para remitir después hasta el año siguiente.
Puede durar aproximadamente entre entre 15 y 45 minutos y repetirse durante varias veces durante unas horas.
En este caso los brotes suelen seguir un determinado patrón, como que se presenten siempre al despertarse por la mañana o antes de acostarse.
Además del dolor de cabeza intenso, ¿tienes otros síntomas?
Si sufres naúseas y vómitos junto con el dolor de cabeza, es probable que sufras migrañas, que es la más incapacitante de las tres.
Generalmente sientes un dolor de tipo intenso y caracterizado por la presencia de latidos o pinchazos intermitentes en uno de los lados de la cabeza, que pueden durar entre 4 horas y un día.
Aunque no se conoce bien qué provoca este tipo de dolor, se relaciona con una inflamación de los nervios y vasos sanguíneos de la cabeza.
En este caso, el dolor puede estar precedido de un conjunto de avisos, llamado aura, consistentes en la percepción de destellos luminosos o líneas en zigzag, e incluso pérdida temporal de la vista o dificultad para hablar, que puede estar acompañada de una sensación de hormigueo en el labio, la lengua y la mitad de la cara.
En estos casos, si la sufres, es probable que te molesten incluso el ruido y la luz, por lo que puede que sientas la necesidad de retirarte a una habitación a oscuras para intentar relajarte mientras dura el episodio.
Conoce los hábitos que sí ayudan a prevenir el dolor de cabeza
Hay muchos factores que influyen en la aparición del dolor de cabeza, y tan sólo introduciendo algunos cambios en tus hábitos y en tu rutinas, puedes conseguir reducir el número de episodios y la intensidad de los mismos.
En este punto es bueno que vayas anotando lo que has estado realizando antes de que apareciera el dolor, lo que has hecho previamente, en qué lugar has estado (cerrado, con mucho humo, con la calefacción o el aire acondicionado muy fuerte…), si había mucho ruido, incluso lo que has comido o bebido. Algunas veces, puedes identificar patrones que te ayuden a evitar estos episodios, o su intensidad.
Algunos de estos factores tienen que ver con la alimentación, y es que, por ejemplo, en el caso de las migrañas, en un 95% de los casos, pueden estar relacionadas con el déficit de una enzima, responsable de metabolizar una sustancia, la histamina, que se encuentra en todos los alimentos, y si no es asimilada correctamente por tu organismo, se va acumulando en tu sangre y en los tejidos, pudiendo desencadenar, con el tiempo la aparición de estos episodios.
Aunque no existe una relación temporal directa, causa – efecto, entre el consumo de alimentos y el dolor de cabeza, sí te conviene saber qué alimentos son los más ricos en histamina, y te conviene evitar, y cuales son los que pueden producirte indirectamente una acumulación de histamina, y por tanto, te conviene no abusar.
Los dos primeros puntos hablan precisamente de esos alimentos que debes evitar o reducir, y el resto de recomendaciones habla de pautas que te conviene seguir para evitar que aparezcan estos episodios, o al menos que aparezcan más de tarde en tarde:
- Alimentos más ricos en histamina que debes evitar: el cava y champagne, conservas de pescado (latas de atún, sardinas…etc.), leche y quesos, sobre todo si están curados (excepto el queso fresco), productos vegetales fermentados (como la col fermentada o “chucrut” y, sobre todo, la salsa de soja y derivados de la soja), vinagre balsámico, marisco, berenjena, espinacas y embutidos.
- Alimentos que contienen otras sustancias (tiramina, feniletilamina o nitritos, entre otras), que pueden provocar la acumulación de histamina en tu organismo, y cuyo consumo te conviene disminuir: chocolate, aguacate, frutas cítricas (sobre todo la naranja), frutos secos, tomate y su salsa, cerveza y alcohol en general.
- Intenta comer dos raciones de pescado azul a la semana al menos, ya que el omega-3 que contienen pescados como el salmón, la sardina y el atún. por ejemplo, poseen propiedades anti-inflamatorias semejantes a las del ibuprofeno, y consumirlo con frecuencia ayuda a prevenir y combatir los dolores de cabeza.
- Evita estar mucho tiempo sin comer, y deja pasar un máximo de 3 horas entre las comidas: esto te ayudará a mantener estables tus niveles de glucosa en sangre y evitará las disminuciones drásticas de azúcar para tu cerebro, con los consecuentes mareos, cansancios y dolores de cabeza.
- Haz todo lo posible para tener un sueño de calidad y duerme las horas suficientes: a veces un cambio en el patrón de sueño puede ser el responsable de la aparición de un dolor de cabeza, y otras veces, si te duele la cabeza, el dolor puede mejorar después de dormir. La relación entre los problemas de sueño y el dolor de cabeza podrían ser de origen genético.
- Bebe suficiente agua para hidratarte bien, ya que una de las primeras consecuencias de la deshidratación es la segregación de unas hormonas que pueden provocar dolor de cabeza. Para evitarlo, es esencial que bebas entre litro y medio y dos litros de agua todos los días.
- Evita bajones en la tensión arterial y toma alimentos que suban la tensión arterial, como el café, pero sin abusar.
- Evita tomar fármacos que aumentan la acumulación de histamina.
- Toma alimentos ricos en vitamina C, vitamina B2 y ácidos grasos insaturados, que te pueden ayudar a aliviar los síntomas.
- Come siempre de la forma más natural posible y huye de los productos precocinados ya que algunos aditivos que se añaden a este tipo de comidas, pueden ser los responsables de la aparición de dolores de cabeza. Además, te conviene limitar el consumo de bebidas azucaradas, chicles, caramelos y bebidas de frutas, ya que algunos edulcorantes añadidos pueden favorecer su aparición. Procura también no abusar de las sopas de sobre.
- Relájate y aleja los nervios todo lo posible: cuando atraviesas una etapa de estrés, te sientes estresada, o más nerviosa de lo habitual, tus músculos del cuello y de la cabeza se tensan y eso mismo te puede provocar una cefalea. Esto puede explicar por qué las personas más sensibles emocionalmente y que están sometidas a más situaciones de estrés, son las que suelen padecer cefaleas de una manera más frecuente.
- Evita las posturas que puedan forzar tu musculatura del cuello, como caminar mirando al suelo, sostener el teléfono entre la cabeza y el hombro, sentarte mal en la silla…etc.
- Evita el uso de cascos, sombreros, diademas o gafas de buceo demasiado apretados si notas que tras su uso aparece dolor, ya que la presión que ejercen sobre la cabeza puede ser la responsable de su aparición.
- Practica algún deporte de forma habitual: pueden estar especialmente indicados el yoga o el pilates, por su efecto relajante sobre tu musculatura, pero la práctica de cualquier deporte de forma habitual te va a ayudar a no acumular tanta tensión en tu cuerpo. Si no eres amante de ningún deporte o no encuentras uno que te guste, siempre puedes salir a pasear. Con paseos a buen ritmos de 30 minutos diarios notarás una gran diferencia.
Estas pequeñas pautas pueden ayudarte a mejorar los síntomas, o al menos, a aumentar el tiempo entre una migraña y otra, mejorando tu calidad de vida.
Siempre puedes recurrir a nuestros remedios que ayudan
Por supuesto, puedes recurrir a los remedios naturales para el dolor de cabeza que te ayudarán:
- Ejercicio de respiración para el dolor de cabeza:
Para combatir el dolor de cabeza necesitas realizar este ejercicio de respiración profunda durante al menos, un minuto. Tienes que concentrarte en tu respiración, con los ojos cerrados, inhala y exhala el aire de tus pulmones lentamente, inflando y desinflando tu abdomen. Así, estarás destensando los músculos del cuello, reduciendo el dolor. - Manzanilla para el dolor de cabeza:
La manzanilla tiene propiedades sedantes, por lo que si tu cefalea es tensional, te ayudará esta infusión. Para prepararla tienes que añadir tres cucharadas de la planta a medio litro de agua hirviendo, y dejarla reposar por lo menos 15 minutos tapada. A continuación, cuela la infusión para separar los restos de la planta y bebe a lo largo del día. - Jengibre para la migraña:
El jengibre posee propiedades analgésicas y antiinflamatorias, y para preparar este remedio, tienes que rallar un pedazo de raíz de jengibre del tamaño de tu pulgar, más o menos, y añadirlo a un vaso de agua hirviendo, dejarlo reposar unos diez minutos y beberlo después. - Masaje con aceite de menta para la migraña:
La menta posee propiedades analgésicas y relajantes que aplicada de forma externa, te ayudará a mejorar el dolor causado por la migraña, por lo que tienes que darte suaves masajes con los dedos en las sienes y la frente, en forma circular, con unas gotas de aceite esencial de menta. - Rodajas de patata para la migraña:
consiste en poner tres rodajas o rebanadas de patata bien fría en la frente, una rebanada en cada sién y otra en el entrecejo, y ajustarlas bien con un pañuelo alrededor de la cabeza. La sensación de alivio aparece de inmediato a causa del frío y quizá también a la ligera presión del pañuelo, y continúa gradualmente. - Infusión de sauce para la migraña:
El sauce posee propiedades analgésicas y antiinflamatorias, y tiene una acción similar a la aspirina por lo que puedes hacer una infusión con su corteza, poniendo una pequeña cáscara de sauce por cada taza de agua que vayas a preparar. Tienes que hervir la corteza en el agua durante 15 minutos, retirar del fuego y dejar reposar otros 5. Finalmente, tienes que colar la infusión para separar los posibles restos de la corteza, y beber cada 8 horas. - Vinagre de manzana para el dolor de cabeza:
El vinagre de manzana actúa como relajante y antiinflamatorio natural, por lo que puedes ponerte una compresa humedecida en agua y vinagre de manzana sobre las sienes para que el dolor de cabeza se vaya disipando poco a poco.
¿Quieres añadir algo más?
Aunque es cierto que es difícil que las cefaleas desaparezcan del todo, estos son los consejos que pueden ayudarte a hacerlas más llevaderas. ¿Crees que se me ha olvidado algo?