Cuida tus Dientes con esta Pasta Dentífrica Casera

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Cada vez hay más interés por utilizar productos que sean más naturales y menos industrializados, por varios motivos como reducir el contacto con tantos productos químicos que pueden ser perjudiciales para la salud o reducir el número de recipientes o envases que se generan al utilizarlos.

En este caso, también puedes preparar tu propia pasta de dientes con ingredientes naturales, y adaptarla a tus gustos hasta que encuentres la fórmula que más te guste. Hoy te traigo un buen ejemplo que seguro te va a encantar.

Puedes hacer tú mismo tu propia pasta de dientes

La pasta de dientes es un producto básico de la higiene diaria, y aunque puedes encontrar un montón de fórmulas comerciales en el mercado, también puedes animarte a hacerla tú mismo eligiendo ingredientes de calidad. Entre los dentífricos comerciales, los hay de distintos precios, componentes, sabores, e incluso los hay que presumen de estar hechos con ingredientes naturales, pero en la gran mayoría de los casos, utilizan productos que a la larga pueden ser perjudiciales con la salud.

Para que no te resulte demasiado complicado, en esta ocasión te voy a dar una sencilla fórmula en la que vas a necesitar ingredientes como la arcilla blanca, hojas de tomillo y de salvia, aceite esencial de menta, sal, bicarbonato de sodio y agua. Estoy segura que no te resultará difícil encontrar estos ingredientes en herbolarios o tiendas de dietética especializadas y los resultados te van a encantar.

¿Cómo puedo preparar una pasta de dientes natural?

La base de esta pasta de dientes casera va a ser la arcilla blanca, que es rica en minerales y es alcalina, por lo que es un ingrediente estupendo para hacer este dentífrico casero.

El tomillo tiene un efecto antiséptico y va muy bien para los problemas de la boca, combatiendo los gérmenes que pueden producir problemas en la cavidad bucal.

La salvia tiene un efecto bactericida y resulta muy adecuada para tratar los problemas de la cavidad bucal, por lo que al incluirla te beneficiarás de sus propiedades.

El bicarbonato de sodio te va a ayudar a neutralizar los ácidos que aparecen en la boca después de comer, consiguiendo así equilibrar el ph y haciendo que tus dientes resistan mejor los ataques de los ácidos.

La sal va a actuar como conservante, y es que, al llevar agua en la infusión, es necesaria para que ésta no se altere y no crezcan microorganismos que puedan perjudicar la salud.

El aceite esencial de menta te va a ayudar a combatir la placa y la gingivitis, además de aportar frescor a tu boca.

¿Qué necesito?

  • 5 cucharadas de arcilla blanca.
  • 1 cucharada de tomillo.
  • 1 cucharada de salvia.
  • 1/2 taza de agua.
  • 4 gotas de aceite esencial de menta.
  • 1 tarro de cristal con cierre hermético.
  • 1 espátula o cucharita de madera.
  • 1/4 cucharadita de sal.
  • 1/4 cucharadita de bicarbonato de sodio.

¿Cómo lo preparo?

Primero tienes que hacer la infusión poniendo a calentar el agua en un cazo y cuando rompa a hervir, añade las cucharadas de tomillo y de salvia, retirando del fuego en ese momento para que repose.

Pon en un cuenco la arcilla blanca junto con la sal y el bicarbonato, y añade poco a poco la infusión templada y colada para que no caigan los restos de hojas.

Remueve con la espátula o cucharita de madera para mezclar bien la arcilla con la infusión y que se integre todo perfectamente.

Cuando tengas todo con la consistencia deseada, añade las gotas del aceite de menta y continúa removiendo para que se mezcle todo bien.

Una vez que lo tengas todo bien mezclado, puedes ponerlo en un bote de cristal hermético para que se conserve mejor y utilizarla poniendo la cantidad adecuada sobre tu cepillo de dientes y frotando al menos durante dos minutos cada vez que vayas a lavarte los dientes.

Puedes mantener la mezcla durante una semana o dos, preferiblemente dentro de la nevera para que se conserve mejor.

¡Anímate a probar!.