10 Síntomas en los Niños que No Deberías Ignorar

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¿Sabrías distinguir ante qué síntomas deberías preocuparte por la salud de tu hijo y llevarlo al médico? Muchos de los síntomas que padecen los niños pueden ser problemas menores y pasajeros, pero en ocasiones resulta muy complicado distinguir ante cuáles deberemos mantenernos alerta como padres.

En este artículo repasaremos los 10 síntomas ante los que deberías llevar a tu pequeño al médico antes de que se conviertan en algo más serio.

Cuidando de la Salud de los Niños

Cuando eres padre el bienestar y la salud de tus hijos es una de las mayores prioridades para ti. Los niños van construyendo y fortaleciendo poco a poco su sistema inmune, y eso puede ocasionar que a menudo se pongan malos y haya que visitar al médico para descartar problemas de salud graves.

Dolencias menores como una herida en la rodilla, tos, algo de fiebre o un resfriado puede que sean dolencias leves a las que no hay que darles mayor importancia de la que tienen. Pero en ciertas ocasiones resulta muy complicado establecer qué síntomas son los que deberán alertarnos y llevar a los pequeños de la casa al médico.

Ver cómo los hijos enferman de manera grave, además de preocupación nos causa una sensación de impotencia por no poder hacer algo más por ellos. Por esa razón, en este artículo hemos querido repasar los síntomas de salud ante los que deberías mantenerte alerta y llevar a tu hijo al médico. Vamos a verlos.

1. Fiebre Alta

Que un niño tenga fiebre es algo bastante común, puede deberse a dolencias tales como un virus estomacal o tratarse de infecciones leves. Sin embargo, si la fiebre es muy alta puede ser un síntoma de una enfermedad más grave que requiere tratamiento. ¿Pero qué se considera fiebre alta?

  • Bebés entre 3 y 6 meses: 38º C
  • Niños mayores de 6 meses: 39º C

Además de la temperatura que marque el termómetro, deberemos fijarnos también en el comportamiento del niño, y si excede los grados comentados o la fiebre perdura durante un par de días o más, llevarlo inmediatamente al médico.

Si la fiebre se debe a una infección bacteriana probablemente sea necesario un tratamiento con antibióticos. Si la fiebre viene acompañada de un dolor de cabeza grave hasta el punto de que el niño no pueda mantener los ojos abiertos, es muy importante acudir al médico ya que podría tratarse de una meningitis.

Otras enfermedades como infecciones de gripe o del oído también podrían causar la fiebre del niño, por lo que para prevenir complicaciones es importante actuar a tiempo y que el médico nos indique el tratamiento oportuno.

2. Dificultad para Respirar

En ocasiones los bebés o niños gimen y pueden respirar de forma acerada cuando tienen fiebre. El problema surge cuando esa respiración acelerada se convierte en parte de su vida diaria, ya sea jugando o haciendo ejercicio.

Cuando la respiración está acompañada de un silbido durante la exhalación, podría ser un síntoma de asma. Si a los problemas respiratorios se le suma un color azulado en los labios, podría tratarse de una bronquitis.

Y aunque se trate de un problema respiratorio menor, ésto podría afectar al nivel de energía del niño, ocasionando que enferme. Ante ello, lo mejor es acudir al pediatra para examine al niño.

3. Fatiga Extrema

Si hay algo que caracteriza a los niños es la gran cantidad de energía que tienen. Por eso, cuando presentan síntomas como la fatiga o la falta de fuerzas para realizar las actividades que suelen hacer, incluso después de haber descansado, podría ser un aviso de que algo no va adecuadamente.

La fatiga extrema puede deberse a varias razones, entre ellas:

A modo de prevención, ante este síntoma de fatiga extrema es importante que acudamos al médico para que examine a nuestro hijo y determine el tratamiento necesario.

4. Sed Excesiva

Si el niño pide constantemente agua, sobre todo por la noche, deberías consultar al pediatra y pedirle que lo examinara. La diabetes tipo 1 puede aparecer en personas menores de 20 años, y uno de sus principales síntomas es la sed excesiva, también conocida como polidipsia. Además, otros síntomas de este tipo de diabetes son la necesidad abundante de orinar (poliuria), el cansancio, la nicturia o orinar por la noche, y la pérdida de peso.

5. Dolor Abdominal Prolongado

Muchos dolores de estómago en niños son habituales, y pueden deberse a simples cambios en la dieta, al consumo de alimentos nuevos, o incluso al consumo excesivo de productos no especialmente sanos.

Pero si tu hijo se queja por tener un dolor de estómago varias veces a la semana deberías llevarlo al médico. Si dicho dolor abdominal va acompañado de náuseas, vómitos, diarrea y dolor al tacto, podrían ser síntomas de una apendicitis.

6. Vómito Excesivo

Que un niño vomite no es algo raro, puede haber sufrido problemas de estómago o tener tos muy fuerte, por ejemplo. El problema es cuando el niño no es capaz de mantener el alimento que ha tomado, aunque sea poco, y lo acabe vomitando. Ésto puede llegar a provocar una deshidratación.

La deshidratación puede ocasionar una disminución de la diuresis, ojos hundidos, somnolencia extrema, labios resecos e incluso ausencia de lágrimas al llorar.

En el caso de que el niño llegue a vomitar sangre es de vital importancia que lo llevemos inmediatamente al médico, ya que podría tratarse de una grave obstrucción intestinal. Y si los vómitos van acompañados de desmayos, pérdida de conciencia o desorientación, podría tratarse de una lesión preocupante en la cabeza. Sin duda, la evaluación del médico en este caso es muy importante para tratar el problema.

7. Dolor al Orinar

Cuando un niño se queja de que siente dolor al orinar es porque algo no va como toca, y podríamos estar hablando de que sufre una infección urinaria. Se trata de una dolencia común entre los niños, pero si ésta se produce de manera repetida y es intensa, podría llegar a causar daños renales.

Si es un bebé el que padece la infección de orina, los síntomas más comunes serán irritabilidad, fiebre, vómitos y problemas al comer. Cuando los niños son algo más mayores, sentirán molestias al orinar, una mayor necesidad de hacerlo, mal olor e incluso fiebre también.

El dolor al orinar también puede producirse por irritación o lesión en la zona genital. En el caso de las niñas podría ser por una inflamación de la vulva (vulvitis), ocasionada por el uso de jabones fuertes.

Sea por la razón que sea, ante este síntoma será recomendable consultar con el médico.

8. Erupciones Severas

Las erupciones cutáneas en los niños son bastante comunes, y por norma general no deben preocuparnos. Sin embargo, si esas erupciones van acompañadas de otros síntomas como fiebre, vómitos, sibilancias, dificultad al tragar, dolor abdominal o dificultad al respirar, podría estar tratándose de un signo de reacción anafiláctica, algo ante lo que deberemos tomar precauciones y consultar al médico para evitar que los problemas de salud del niño se agraven.

9. Hinchazón Facial

La hinchazón facial es un claro signo de una fuerte reacción alérgica, ya sea alergia a los alimentos o a las picaduras de insectos, que podrían llegar a ser realmente perjudiciales para su salud.

También puede deberse a una infección, al hipotiroidismo, a las paperas, al síndrome nefrótico o incluso a un trauma facial. A fin de descubrir la causa y poder tratar este síntoma, es aconsejable que consultemos al pediatra.

10. Labios Azulados

Si tu hijo tiene los labios azulados porque ha comido algo de ese color, como por ejemplo una piruleta no tienes de qué preocuparte. E incluso tampoco debes hacerlo si hace mucho frío debido a temperaturas bajas extremas.

El problema surge cuando no existe una causa aparente de por qué los labios del niño están azulados. Podría deberse a que padece cianosis, una coloración azulada de la piel causada por la falta de oxígeno en la sangre o la falta de circulación en ella.

Los labios azules también pueden darse por:

Dado que la gravedad de las posibles causas por las que se producen los labios azules es muy diversa, lo recomendable es acudir al médico para descubrir qué es lo que le ocurre al niño y cómo podemos tratarlo.

¡La Prevención es la Mejor Cura de los Niños!

Tras leer el artículo, habrás podido comprobar que todos estos síntomas pueden ser debido a un problema leve puntual, o tratarse de algo más grave. Lo importante en estos casos es saber detectar esos síntomas y acudir al médico ante cualquier duda para prevenir dolencias más graves. En la mayoría de casos, esa visita quedará en una simple consulta médica. Pero con la salud de los niños, no te la juegues.