¿Sabías que el clavo se utilizaba ya en la China milenaria para combatir la halitosis y refrescar el aliento?
Además de ser utilizado como un remedio natural para tratar el dolor, se utiliza también para tratar numerosas dolencias del aparato digestivo como vómitos y diarreas.
Si quieres saber más sobre las propiedades medicinales de esta especia, no dejes de leer esta información.
El Clavo de olor o Girofle (Syzygium aromaticum o Eugenia caryophyllata) es el botón floral seco de un árbol tropical originario de Indonesia llamado Clavero o «árbol del clavo».
Propiedades del clavo
Las propiedades medicinales del clavo provienen de su aceite esencial. Dicho aceite esencial se obtiene mediante la destilación de los botones florales en agua, y es rico principalmente en eugenol.
Sus principales propiedades son:
- antiagregantes,
- antiedémicas,
- antivomitivas,
- carminativas,
- antiácidas,
- antioxidantes,
- gastroprotectoras,
- gastrorregenerativas,
- bactericidas,
- antifúngicas,
- antisépticas,
- antivirales,
- herbicidas,
- pesticidas,
- insecticidas,
- insectifugas,
- vermífugas,
- anestésicas,
- sedativas,
- fragantes,
- aromatizantes.
Beneficios del clavo
Entre las principales virtudes del clavo se encuentra su capacidad para eliminar el dolor y la inflamación, lo cual se debe al eugenol contenido en su aceite esencial.
Para qué sirve el clavo
En uso interno, destacamos los siguientes:
- afecciones del aparato digestivo, como gases, digestiones difíciles, falta de apetito, vómitos y mareos, diarrea y gusanos intestinales.
- en enfermedades del aparato respiratorio, tales como bronquitis, resfriado y tos.
- como afrodisíaco, tanto para mujeres que han perdido el deseo sexual debido a motivos nerviosos o a trastornos alimentarios, como para hombres con problemas de erección o eyaculación precoz.
- para la caries, ya que el aceite de clavo, combinado con óxido de zinc forma una especie de pasta empleada para rellenar los huecos dentales producidos por las caries y como calmante del dolor, anestésico y desinfectante bucal.
Mientras que en uso externo, debido a la riqueza en eugenol de su aceite esencial resulta muy importante como bactericida, antifúngico y antiséptico:
- en el tratamiento de infecciones vaginales, especialmente candidiasis,
- para las anginas (amigdalitis),
- hongos en las uñas y en los pies,
- heridas,
- úlceras en la boca,
- dolor de muelas.
Aparte de los usos medicinales, también se emplea en cocina como especia, en la industria alimentaria y en perfumería.
Ventajas del clavo
Además de su tradicional uso como condimento, se ha reconocido y comprobado su poder antioxidante (comparable a los más potentes del reino vegetal), actividad antiparasitaria, antibacteriana, antiinflamatoria, digestiva y aún anticarcinogénica. Asimismo sería un potente repelente de mosquitos.
Efectos Secundarios del clavo
El aceite esencial que contiene eugenol, si se aplica sobre la piel durante demasiado tiempo puede producir quemaduras, dermatitis o llagas.
Una dosis interna demasiado elevada de preparados de clavo puede originar graves dolores de estómago.
Algunas personas presentan reacciones alérgicas al eugenol por lo que, de no haber utilizado el clavo anteriormente, conviene empezar con dosis muy bajas.
Contraindicaciones del clavo
Utilizado en la proporción adecuada, el eugenol obtenido del clavo es un componente muy útil. Sin embargo, cuando se utiliza en cantidades superiores a las permitidas, se convierte en un potente veneno.
Un uso interno inadecuado de este aceite puede producir graves daños a los órganos corporales e incluso la muerte. En dosis elevadas afecta al sistema nervioso, resultando neurotóxico.
Resulta totalmente contraindicado para los menores de 6 años, para las mujeres embarazas o lactantes y para cualquier enfermo de gastritis, úlcera gastroduodenal, enfermedad de Crohn, síndrome del intestino irritable, colitis ulcerosa, enfermedades del hígado, alergia respiratoria, Parkinson, epilepsia u otras enfermedades neurológicas.
Fumar cigarrillos de clavo para ayudar a abandonar el hábito de fumar resulta aún más nocivo que fumar el propio tabaco.