La lavanda (Lavandula officinalis), es una planta originaria de los países mediterráneos de Europa y norte de Africa y desde siempre se ha utilizado la esencia de sus flores para la fabricación de lociones y perfumes.
La lavanda ayuda a relajar la mente, siendo útil en casos de estrés, ansiedad, o depresión. También se utiliza para combatir el dolor de diversos tipos como la lumbalgia, las migrañas y los causados por la artritis reumatoide.
Si quieres saber para qué más se utiliza la lavanda y en qué ocasiones te puede resultar de utilidad, no dejes de leer esta información.
Propiedades de la Lavanda
La lavanda posee las siguientes propiedades:
- antiinflamatorias
- sedantes
- antisépticas
- astringentes
- antivíricas,
- antibacterianas
- bacteriostáticas
- antiespasmódicas
Beneficios de la Lavanda
El uso principal de la lavanda es el relativo a las preparaciones realizadas para uso externo, especialmente las realizadas con aceite esencial. Este aceite, rico en esteres y en alcoholes, es útil a la hora de combatir tanto la depresión como la ansiedad y el estrés, ayudando a relajar la mente, resultando interesante su aplicación en momentos de mayor tensión.
Las propiedades antiespasmódicas y sedantes de las flores de la lavanda han sido reconocidas mundialmente desde hace mucho tiempo. Existen países donde las infusiones de lavanda o el uso de la tintura de esta planta son recetados como sedantes y somníferos suaves con cierta frecuencia, ayudando también contra el insomnio.
Para qué sirve la Lavanda
En uso interno se emplea con éxito en los siguientes casos:
- para eliminar e inhibir muchas bacterias y virus responsables de enfermedades respiratorias, como bronquitis, gripe, resfriados.
- para tratar los casos de nerviosismo estomacal.
- para combatir el insomnio.
- para mejorar la sensación de mareo en los viajes.
- para combatir la ansiedad.
- para mejorar la hipertensión.
En uso externo la lavanda se utiliza para:
- tratar diversos tipos de dolores, como los producidos por el reuma, dolores lumbares, tortícolis, dolor de cabeza y dolor de pies.
- tratar lesiones de la piel, como la desinfección y cicatrización de heridas o cortes, y para tratar quemaduras.
- curar y tratar diversas afecciones que afectan a la piel como eccemas, psoriasis, picaduras, hematomas, o sarna.
- frenar la caída del cabello.
- eliminar bacterias y virus responsables de enfermedades respiratorias como faringitis, laringitis o anginas.
- realizar lavados adecuados para la eliminación de bacterias perjudiciales entre las que se encuentran habitualmente el hongo Candida albicans o algunas bacterias tan conocidas como estreptococos o tricomonas responsables de muchas infecciones vaginales como vaginitis, flujo vaginal, candidiasis…etc.
Ventajas de la Lavanda
La lavanda es un calmante natural para el sistema nervioso, actúa como analgésico para casi cualquier tipo de dolor.
También se emplea tanto en aromaterapia , como en cosméticos, medicinas, baños, inhalaciones, evaporadores, incienso, masajes, compresas, y baños de asiento.
Efectos Secundarios de la Lavanda
El aceite esencial de lavanda puede empeorar los síntomas de las personas que presentan problemas intestinales como colitis, enfermedad de Crohn o síndrome de intestino irritable, con la aparición de diarreas constantes, hinchazón e incluso sangre en las heces.
El aceite esencial de lavanda puede incrementar los ataques en personas con epilepsia o los temblores en personas que sufren de Parkinson.
Entre los principales síntomas que puede causar una alergia al aceite esencial de lavanda, se encuentran gases intestinales, diarrea, dolor de vientre, dermatitis, picor, ojos irritados, boca seca o con mucha saliva, dolor de cabeza, dolores musculares, dolores de espalda, estornudos, escalofríos, imposibilidad de concentrarse, palpitaciones, etc.
Contraindicaciones de la Lavanda
En dosis terapéuticas, los preparados de lavanda no presentan en general contraindicaciones. Sin embargo, el aceite esencial de lavanda es tóxico cuando se toma en dosis elevadas.
No se aconseja el uso del aceite esencial de lavanda personas alérgicas a cualquier tipo de aceite esencial.
Tampoco debe administrarse el aceite esencial de lavanda a las personas que sufran enfermedades del hígado (hepatitis, cirrosis, etc), enfermedades neurológicas, Parkinson, epilepsia, úlcera gastroduodenal, gastritis, colitis, enfermedad de Crohn o síndrome de intestino irritable.
No deben tomar preparados alcohólicos de lavanda los niños de menos de 2 años o las personas que están en proceso de deshabituación al alcohol.
Igualmente el aceite esencial de lavanda está contraindicado mujeres embarazadas o lactantes. Las mujeres lactantes proporcionan los principios de esta planta a través de la leche.
La presencia de componentes tóxicos no la hace adecuada para usarla durante el embarazo. El uso de este aceite esencial durante el embarazo puede producir un aborto.
No se debe administrarse aceite esencial de lavanda a niños menores de 6 años.